2007
2006
2005
2004

La Fura dels Baus logró reunir anoche, en su segunda actuación en la ciudad en dos años -tras la del estreno de la Cidade Universitaria en 2003- a decenas de miles de personas que pudieron contemplar, desde distintos puntos de la ciudad, el estreno de su macroespectáculo "Peregrinos da noite", segunda "naumaquia" de su "Tetralogía anfibia". Un homenaje al mar y sus gentes realizado en Vigo con motivo de la salida, el próximo noviembre, de la Vuelta al Mundo de Vela 2005-2006. En los aledaños de la Estación Marítima se apiñaba el público, al igual que en el mirador de A Pedra, los dos lugares más accesibles al muelle de A Laxe donde está atracado el "Naumón". Pero fueron muchos más los que, desde el paseo de Alfonso, O Castro y los balcones y terrazas de viviendas que dan al mar, pudieron "participar" en el espectáculo. Media hora antes del inicio del evento, utilizando el "Naumón" como escenario -el carguero acondicionado hace un año por los astilleros Paulino Freire para la compañía teatral catalana- se proyectó el vídeo institucional de la Volvo Ocean Race, en una pantalla improvisada en una vela izada en el propio buque. El momento culminante de expectación se produjo cuando se inicio el espectáculo, que fue posible gracias al trabajo de 120 personas entre actores -siete de La Fura y 69 voluntarios gallegos-, de seis directores artísticos y de 38 técnicos. La presentadora del acto advirtió al público más próximo al escenario flotante que se mantuviese de pie y que no se preocupase porque serían mojados con un pigmento lavable. A partir de ese momento, los presentes hicieron un silencio que se prolongó durante toda la representación. Un farero acompañado por un gran cañón de luz fue la primera de las escenas para conjugar el folklore tradicional gallego con la forma teatral más trasgresora de La Fura. Los episodios se sucedieron hasta que en un determinado instante, emergió la figura de Carlos Núñez desde la bodega del barco, para interpretar una pieza en solitario, momento en que arreciaron los aplausos. Pero lo más espectacular estaba por llegar. Una gran grúa, de unos 20 metros de altura se encargó de catapultar a 35 actores por los aires, a modo de serpiente, que pasó por encima del público. No acabó ahí la sorpresa y en escenas sucesivas llegaron dos gigantes, uno simbolizando al "marinero eterno" y el otro a una "mujer anfibia", de cuyo interior "nació" otro ser. En la representación se involucró, además de al público, a los edificios de la zona. Así, en la fachada de la Estación Marítima se proyectaron fotografías antiguas de cuando los emigrantes partían hacia América desde el puerto vigués. El hotel Bahía también fue utilizado como pantalla gigante y uno de los poemas -originales de Rafael Argullol- fue leído por un actor desde la propia azotea del edificio de Montero Ríos. En ese momento entró en escena, en la parte final del espectáculo, La Fura más auténtica, con actores que escupían fuego mezclados entre el público, para dar paso al clímax de la representación, en la que Carlos Núñez volvió a aparecer en escena, acompañado de sus músicos y rodeado de los participantes en la representación. El público, en un delirio colectivo, prorrumpió en aplausos y aclamaciones para despedir el grandioso escenario en que se había convertido toda la zona próxima a la Estación Marítima. Fue el entusiasmo ante lo visto que se desbordó de forma espontánea, mientras las notas de música tradicional gallega llenaban el ambiente en la noche viguesa. En poco más de una hora, "Peregrinos da noite" convirtió la ría en un mosaico de luces y colores. La Fura logró recrear, de esta forma, el fenómeno de la emigración gallega por vía marítima, empleando el simbolismo de personajes fantásticos, seres salidos de ultratumba, marineros sin cabeza, nautas de todo tipo y, sobre todo, provocando la admiración de un público mudo ante la grandiosidad de la representación y ante el despliegue de medios técnicos empelado. La ría quedó inundada por los potentes cañones de luz, las apariciones fantasmagóricas y, sobre todo, por un elenco de actores voluntarios que no desentonó en ningún momento de la puesta en escena. Más actos El fin de la función de anoche no supone el adiós del barco de La Fura a Vigo, puesto que las bodegas del "Naumón" podrán ser visitadas a partir de hoy, y hasta el próximo 12 de junio, con la exposición "El viaje del capitán Nemo", una muestra sobre el universo creado por Julio Verne, en sus obras imaginarias. Los actos relacionados con la Volvo Ocean Race preparados para este fin de semana tendrán su continuidad esta noche, con una gran tirada de fuegos artificiales en la Estación Marítima, a partir de las 23 horas. Será el preludio de la llegada, mañana alrededor de las 18.00 horas, del velero "Movistar", el único español que participa en la Vuelta al Mundo. Previamente será recibido en las Cíes por una gran parada marítima que ha preparado la organización.