Mataró
Se dice que un día visitó mi casa. Al parecer, yo estaba cocinando tranquilamente cuando llamaron a la puerta. Fui a abrir y ella estaba sobre el felpudo de la puerta. Me pidió "sal", yo me quité y entonces, entró. Del resto, hay muchas versiones, a cual de ellas más increíble y más satisfactoria.
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