En el duelo de los gigantes
cada violencia
desgarra el universo
de un extremo a otro
y cuando nos asomamos
a la herida infinita
agonizan las estrellas,
los ríos de lava
invaden las ciudades,
se agrieta la piel
inocente del cachorro
y los náufragos del mundo
son vomitados al destierro.
Todo nos parece muy lejano.
Pero cuando miramos
al fondo de la herida
descubrimos que nosotros
somos los gigantes
y que la sangre
es nuestra. |