El infierno tiene
un idioma inagotable
pero no hay palabras
para el paraíso.
La tierra recién descubierta
no tiene nombre,
la irrupción de un dios
no tiene nombre,
el placer del cuerpo
no tiene nombre,
la caricia del último sol
no tiene nombre,
el abrazo fiel del amigo
no tiene nombre,
el círculo del águila
no tiene nombre,
la hoguera de la compasión
no tiene nombre,
la risa dorada del ángel
no tiene nombre,
la felicidad sin preguntas
no tiene nombre,
la espera amada
no tiene nombre,
la espiral infinita
no tiene nombre,
la rosa de las rosas
tampoco tiene nombre.
El paraíso no se nombra:
se habita. |